Meditación

Los chakras son focos concentrados de energía que hay en el cuerpo humano.
Concretamente, tenemos siete chakras, siete centros energéticos
principales, que se encargan de distribuir la energía al resto del sistema
energético. Son invisibles, están ubicados en la espina dorsal y cada uno
de ellos está asociado con órganos, glándulas y plexos nerviosos, así como
con determinados estados de conciencia.
En condiciones normales y saludables, los siete chakras funcionan
con sintonía y sincronización, de común acuerdo, pero igual que ocurre
con nuestra dimensión física, esto es, con nuestros órganos, glándulas y
sistema nervioso, en muchas ocasiones también se producen desequilibrios
en los chakras, debido sobre todo a las agresiones que sufrimos
del mundo circundante, como el estrés laboral, la contaminación, la mala
alimentación, la falta de sueño, los disgustos emocionales, las separaciones
 afectivas, etc. Es decir, igual que ocurre con los elementos físicos
de nuestro cuerpo, los chakras, los elementos energéticos, pueden estar
equilibrados o desequilibrados, ser débiles o fuertes.
Igual que regulamos nuestro estómago, por ejemplo, controlando lo
que comemos mediante una dieta adecuada a nuestro organismo, o que
relajamos nuestra musculatura mediante un masaje o una sauna, podemos
recurrir a ciertas disciplinas para equilibrar los chakras, como pueden ser
la respiración, la relajación, el yoga, o los ejercicios de los Cinco Tibetanos,
que son idóneos para conseguir que éstos funcionen en equilibrio y armonía,
haciendo que el sistema energético fluya bien y, por lo tanto, la mente y
el cuerpo gocen de salud, vitalidad y equilibrio. El buen funcionamiento de
los siete chakras es la garantía de una mejor experiencia de vida.